jueves, 18 de agosto de 2016

La Cima




     Subir la preciosa montaña del Ávila me ha enseñado que para llegar a la cumbre y disfrutar de la satisfacción de tener un pedazo de mundo a tus pies, del hermoso regalo a tus ojos y del aire puro que atraviesa tus fosas nasales requiere un extra esfuerzo de nuestra parte pero sin duda alguna la recompensa te espera en la cima.


    Pienso que la vida es una montaña.  Nuestros sueños, metas, objetivos y anhelos se encuentran en la cima y solo nosotros tenemos el poder de decidir si queremos asumir la aventura de escalar hacia ellos o no.  Al estar en la base de la montaña y mirar hacia ese punto alto que a simple vista es intimidante e inalcanzable tendemos a pensar que no somos capaces de llegar.

     La vida no es color rosa.  Cuando dispongas emprender la travesía de ir hasta la cima  todo se vera muy grande para ti, lejano e inaccesible. Te encontraras con un camino rocoso, inclinado, inestable, obstruido y en medio de la nada. Las desilusiones no tardaran en llegar  y en medio del agotamiento pensaras en devolverte.  Creerás que te engañaste a ti mismo por  pensar que podías lograrlo y el pesimismo se apoderara de ti. Al principio superaras estos impedimentos con el mayor entusiasmo pero al ver que son constantes dudaras acerca de haber tomado la decisión de ascender y en este  momento es  donde tu único apoyo serás tu mismo, pensaras en lo que te motiva y por supuesto lo que te espera allá arriba.  Seguirás avanzando y los obstáculos simplemente serán un impulso a tu autoestima porque te darás cuenta que si tienes el dominio y sobretodo la fuerza para seguir caminando.

     En el recorrido algunas personas  se adelantaran,  muchas se  quedaran atrás y otras se devolverán, en este punto te sentirás valiente por formar parte de ese grupo que sigue avanzando y por la experiencia del terreno recorrido los inconvenientes del camino serán más fáciles de atravesar. Quizás caigas varias veces, te dobles un pie o tus piernas no den para más pero ya has avanzado mucho para devolverte así que la única opción es seguir subiendo.

     Tu objetivo se mira más cerca y en este momento empiezas a disfrutar del hermoso sendero que estas atravesando. Por la emoción quieres correr para llegar mas rápido pero tus piernas no responderán por lo tanto mantienes tu ritmo. Avanzas, avanzas y sigues avanzando y por alguna razón la cumbre se ve en el mismo lugar por lo que te enfocas otra vez en la ruta.

    Sin darte cuenta tienes a pocos pasos la meta y esta vez no quisieras correr sino volar para llegar allí. Resulta que estos últimos metros son más complicados de lo que pensabas, tus piernas temblaran por el cansancio, ya tu respiración es dificultosa, la inclinación del terreno es peor que al principio, una tormenta cae sobre ti y el frio se hace insoportable pero  ya hueles el chocolate caliente que te espera en la cima.

     Ten la determinación de ir por lo que quieres, porque si tu no lo haces nadie lo hará por ti. Se trata de tus aspiraciones y de aquello que quieres alcanzar, por muy intimidante que parezca aquello que quieres lograr pues déjame recordarte que nada es muy grande para ti, porque simplemente tienes la capacidad y el poder de hacer cualquier cosa que te propongas. Quita de tu vida las barreras mentales, siempre ten presente que eres apto, competente, entendido y que puedes comerte al mundo con aquello que te caracteriza que solo tú tienes. Que nada te detenga en tu camino hacia LA CIMA
     

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